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Capítulo 10 - Pang el Seglar, Página 1 de 2

 

A veces la gente normal tiene la idea de que el significado del Chan es tan profundo que, posiblemente, solo los hombres y mujeres que han sido ordenados en el Dharma pueden profundizar en él. Pero esto no es así. En realidad los sacerdotes sentimos a menudo que estamos más allá de nuestro alcance. Y siempre, mientras jugamos en el agua, intentando mantenernos a flote en nuestros bonitos uniformes, viene un civil que silvará por nosotros, nadando como un campeón Olímpico. Un civil como este fue Pang el Seglar, el habría ganado la medalla de oro del Chan. Ha sido un héroe no solo para cientos de seglares dignos, sino también, lo confieso, para todos los sacerdotes que han estudiado su estilo de natación.

Pang el Seglar vivió durante la segunda mitad del siglo ocho, una edad dorada del Chan. Era un culto hombre de familia -tenía una mujer, un hijo y una hija- y estaba bastante sobrado económicamente como para poder dedicar su tiempo a los estudios budistas.

Tenía la idea de que una persona necesitaba soledad para meditar y estudiar el Dharma, así que se construyó un pequeño monasterio de una habitación cerca de la casa familiar. Iba allí todos los días a estudiar y practicar.

Sus hijos y su mujer también estudiaban el Dharma; pero permanecían en la casa familiar, llevando sus negocios y haciendo sus cosas, incorporando el Budismo a su vida diaria.

Pang el Seglar se sumergió en los sutras y un día se encontró que él también estaba fuera de su alcance. No había aprendido a nadar todavía. Ese día, se marchó enfadado de su cabaña-monasterio y, en humilde fustración se quejó a su mujer, "¡Difícil! ¡Difícil! ¡Difícil! ¡Intentar comprender tantos hechos es como intentar guardar semillas de sésamo en las hojas de la copa de un árbol!"

Su mujer respondió, "¡Fácil! ¡Fácil! ¡Fácil! Has estado estudiando palabras, pero yo estudio la hierba y encuentro al Yo Búdico reflejado en cada gota de rocío."

Entonces, la hija de Pang el Seglar, Ling Zhao, estaba escuchando este chapoteo verbal, así se fue nadando. "¡Dos viejos -dijo- charlando estúpidamente!"

"¡Un momento! -gritó Pang el Seglar- Si eres tan lista, cuéntanos tu método."

Ling Zhao regresó hasta donde estaban sus padres y dijo gentilmente, "No es difícil y no es fácil. Cuando tengo hambre, como. Cuando estoy cansada, duermo."

Ling Zhao había dominado el Chan Natural.

Pang el Seglar aprendió mucho ese día. Aprendió tanto que apartó sus libros, cerró su pequeña cabaña-monasterio, y decidió visitar a diferentes maestros Chan para probar su comprensión. Seguía sin poder competir con su propia hija, pero se estaba haciendo bastante bueno.

Finalmente terminó en la Montaña Nan Yueh donde el Maestro Shi Tou tenía un refugio monástico. Pang el Seglar fue diractamente al maestro y le preguntó, "¿Dónde puedo encontrar a un hombre que no esté apegado a las cosas materiales?" El Maestro Shi Tou alzó lentamente sus manos y cerró la boca de Pang. En este gesto, el Chan de Pang se hizo verdaderamente más profundo. Se quedó en Nan Yueh muchos meses.

Todos los monjes que allí había le observaban y se hicieron bastante curiosos hacia su Chan Natural, su perfecta ecuanimidad. Incluso el Maestro Shi Tou fue movido a preguntarle cuál era su secreto. "Todo el mundo se maravilla con sus métodos -dijo Shi Tou-. Dígame. ¿Tiene poderes especiales?"

Pang el Seglar sonrió y dijo, "No, no tengo poderes especiales. Mi día está lleno de actividades humildes y solo mantengo mi mente en harmonía con mis tareas. Acepto lo que viene sin deseo o aversión. Cuando me encuentro con otra gente, mantengo una actitud no crítica, nunca admiro, nunca censuro. Para mí, lo rojo es rojo y no carmesí o escarlata. Así que, ¿qué maravilloso método utilizo? Bueno, cuando corto madera, corto madera; y cuando llevo agua, llevo agua.

Comprensiblemente el Maestro Shi Tou se quedó impresionado con esta respuesta. Quería que Pang se uniera a la Shanga. "Alguien como usted no debería seguir siendo un Seglar -dijo Shi Tou-. ¿Por qué no se afeita la cabeza y se hace monje?"

La proposición marcó el final de la estancia de Pang con Shi Tou. De manera clara, no podía aprender más de este maestro. Pang respondió con un simple comentario. "Haré lo que haga", y lo que hizo fue marcharse.

Después subió al peldaño de la puerta del formidable Maestro Ma Zu. Le preguntó de nuevo al maestro, "¿Dónde puedo encontrar un hombre que no esté apegado a las cosas materiales?" Ma Zu frunció el ceño y respondió, "Te lo diré cuando hayas bebido el Río del Oeste de un solo trago."

Cuando comprendió ese comentario, Pang pudo completar su iluminación. Vio que la Mente No Crítica no era suficiente. Su mente tenía que hacerse tan inmensa como la Mente del Buddha; tenía que abarcar todo, el Samsara y el Nirvana, para expandirse hasta el Vació del Infinito. Una mente como esta puede beberse el Pacífico.

Pang el Seglar siguió con el Maestro Ma Zu hasta que un día descubrió que tampoco tenía más que aprender con él. En esa ocasión en particular Pang se acercó a Ma Zu y observándole dijo, "Alquien que ha alcanzado la Iluminación le pide que levante los ojos." Ma Zu deliberadamente miró hacia abajo." Pang el Seglar suspiró, "¡Qué bonito toca el laúd sin cuerdas!"


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Last modified: July 11, 2004
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