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Capítulo 6 - Dificultades, Página 1 de 2

 

A veces la enseñanza del Chan puede ser tan fustrante como su aprendizaje.

Hubo una vez un Maestro Chan que se encargó de la instrucción de tres novicios. Les explicó la necesidad de la disciplina espiritual y les ordenó que, empezando en ese mismo momento, observaran la regla del silencio absoluto. Después, soteniendo su dedo en sus labios, les ordenó que fueran a sus habitaciones.

El primer novicio dijo, "¡Oh, Maestro, déjeme decirle lo agradecido que estoy por recibir su instrucción!"

Tras lo cual el segundo novicio dijo, "¡Tonto! ¿No tes das cuenta de que hablando has roto la ley del silencio?"

Y el tercer novicio levantó las manos, en un gesto de desesperación, y se lamentó, "¡Señor! ¿Soy aquí la única persona capaz de seguir órdenes?"

A veces miramos alrededor y suponemos que nadie evalúa nuestros valores morales. Somos como esos tres novicios. A menudo, como ese primer novicio, decimos que queremos aprender pero verdaderamente no ponemos atención en lo que nuestros libros o maestros nos dicen. O como el segundo novicio, comprendemos las reglas pero pensamos que solo se refieren a los demás. O como el tercer novicio, clamamos alabanzas toda vez que hacemos lo que suponemos debemos hacer.

A veces compartimos las fustraciones de ese Maestro Chan.

Quizás veamos desatención, holgazanería, frivolidad o satisfacción intelectual. Peor aún, podemos ver personas que son hipócritas consumadas - gente que finge que sus intereses son puramente espirituales mientras que en realidad son una amalgama al noventa y nueve por ciento de orgullo, codicia y lujuria. Ante esta situación levantamos nuestras manos consternados y concluimos que la Edad de Oro del Chan se ha terminado. Hemos llegado demasiado tarde. No hay esperanza para el Chan. Llegamos justo a tiempo para el funeral. Cada época piensa que por poco no ha sido incluida en la Edad Dorada de la Iluminación.

El Maestro Yong Jia, que estudió bajo el Sexto Patriarca Hui Neng, estaba preocupado por el futuro del Chan. Se desesperó por la abundancia de hombres mundanos y la escasez de seguidores sinceros del Buddha Dharma. "¡Ay! -gritó en su Canción de la Iluminación- En este tiempo de decadencia y diablos mundanos, nadie quiere someterse a la disciplina. El Periodo Santo ha terminado y ha comenzado la Era de la Perversión."

Entonces, el Maestro Yong Jia, por todas sus preocupaciones sobre estar en una era de oscuridad, se las arregló para alcanzar la iluminación en muy poco tiempo. Tuvo lo que llamarían una "Sensación Nocturna". De hecho así es como Hui Neng se refirió a él. "¡El Iluminado Nocturno!" La lámpara del Maestro Yong Jia ardió durante largo tiempo en lo que se suponía era un periodo de oscuridad.

El Maestro Wei Shan que nació en 771 y murió en 863, vio el final de su vida terrenal justo cuando finalizaba la Edad de Oro de la Dinastía Tang. El Maestro Wei Shan se lamentaba con frecuencia, "¿No es lamentable que hallamos nacido al final del Periodo de la Iluminación?" Se desesperaba por la abundancia de hombres mundanos y la escasez de seguidores sinceros del Buddha Dharma. ¡Cuánto deseaba haber nacido antes! Verdaderamente tenía miedo que no hubiera nadie para ocupar su lugar.

Pero vamos a tomarnos un momento para recordar como empezó a llamársele Wei Shan a Wei Shan.

El nombre original de Wei Shan era Ling You y era de la Provincia de FuJian. Estudió Chan bajo el Maestro Bai Zhang Huai Hai.

Ahora bien, el Maestro Bai Zhang Huai Hai había nacido a mediados de la Dinastía Tang; pero también se desesperó por la abundancia de hombres mundanos y la escasez de seguidores sinceros del Buddha Dharma.

Bai Zhang Huai Hai estaba tan preocupado sobre el estado del Chan que decidió solventar el problema construyendo un nuevo monasterio en el Monte Wei, Wei Shan, que está en la Provincia de Hunan. Naturalmente, ya que pensaba que había disponibles tan pocos hombres que hubiesen alcanzado la iluminación, supuso que tendría que ir allí y hacer el trabajo por él mismo.

Un día mientras estaba intentando imaginarse cómo llevar a cabo esta proeza, el viejo asceta adivino Si Ma le hizo una visita.

"Deme su consejo - le pidió Bai Zhang Huai Hai-. Primero, ¿qué piensa acerca de construir un nuevo monasterio en el Monte Wei?"

"Excelente idea -dijo Si Ma-. Es un sitio ideal y puede fácilmente mantener una comunidad de mil quinientos monjes."

Bai Zhang Huai Hai estaba encantado de escuchar esto. Pero entonces Si Ma añadió, "No se haga a la idea de ir allí usted mismo. La montaña es joven y fuerte, y usted es viejo y débil. Tendrá que enviar a algún otro."

¿Pero quién? Bai Zhang Huai Hai no se podía imaginar que alguien de por allí pudiese reemplacarle.

Si Ma intentó ayudar. Dijo, "Vamos a ver, ¿a quién tiene disponible?"


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Last modified: July 11, 2004
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