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El nombre del Maestro, Xu Yun, en español significa "Nube Vacía", una traducción que a menudo confunde a la gente. Todos sabemos qué es una nube, pero nos preguntamos qué significado le añade "vacía". En la literatura Chan ó Zen el término "vacío" aparece con bastante frecuencia y en muy distintos sentidos, así que comenzaré por intentar aclarar su significado. Estar vacío significa estar vacío de ego, no tener ningún pensamiento del yo. No en el sentido de que se actúe como un vegetal o un animal salvaje -cosas vivientes que simplemente procesan agua, comida y luz solar para poder crecer y reproducirse-, sino en el sentido de que se deja de juzgar a las acciones, a las personas, a los lugares, y al entorno en términos de "yo", de "mí" o de "mío". Una persona que está "vacía del yo" rara vez tiene ocasión de emplear estos pronombres. Permítanme que sea más específico. Todos hemos oído hablar de un pariente, o de un amigo, que dice ser totalmente altruista en su amor hacia otro. Un marido diría, "No guardo nada para mí. Se lo doy todo a mi mujer." Este hombre no está vacío. Se ha limitado a proyectar una parte de su identidad en otra persona. Una persona que está verdaderamente vacía no posee nada, ni siquiera conciencia del yo o de sí mismo. Sus intereses no dependen de sus propias necesidades y deseos, pues en efecto no toma en cuenta estas consideraciones, sino que se preocupa por los demás. No juzga a la gente por ser simpática o antipática, digna o indigna, útil o inútil, etc. No aprecia ni desprecia a nadie. Comprende simplemente que el Buddha Amitabha, el Buddha de la Luz Infinita y la Bondad, vive en todos los seres humanos, y es en la empresa de este Yo Búdico en la que invierte. Alcanzar este vacío nunca resulta fácil. Una vieja historia Chan lo ilustra: Una vez un Maestro Chan empredió la formación de un novicio que tenía grandes dificultades para separarse de las personas de su anterior vida secular. "No puedes servir al Dharma hasta que cortes estos lazos -le dijo el Maestro-. ¡Debes destruir estas relaciones posesivas! ¡Mátalas! ¡Míralas como si ya no existieran!" -¿Pero también debo matar a mis padres? -preguntó el novicio. -¿Quiénes son ellos para ser perdonados? -respondió el Maestro. -Y a usted, Maestro -dijo el novicio-, ¿tambien debo matarlo? El Maestro sonrió y dijo, "No te preocupes, no queda lo bastante de mí como para que me pongas las manos encima." Así era Xu Yun, no había suficiente de él para que alguien lo agarrase. En 1940 las Fuerzas Aéreas del Imperio Japonés bombardearon el Monasterio de Nan Hua donde estaba meditando; pero no le pudieron poner las manos encima. En 1951, cuando era un anciano de noventa y tres años, cuadros de desalmados comunistas le golpearon repetidamente, y aunque le rompieron los huesos y consiguieron matar a sacerdotes más jóvenes y fuertes, tampoco pudieron ponerle las manos encima. No había suficiente de él para que alguien lo cogiese. ¿Cómo puede asesinarse el Yo Búdico? Xu Yun no moriría hasta que estuviese listo para morir, hasta que hubiese terminado las tareas que se había impuesto. Les hablaré de este hombre extraordinario, esta Nube Vacía cuya presencia influyó tanto en mi vida. Les contaré cosas que recuerdo y haré lo posible por transmitirles sus enseñanzas del Dharma. Quizás si aprenden de él puedan experimentar parte de la alegría que sentí al conocerle. Estar en presencia de Xu Yun era encontrarse en medio de la mañana de un día soleado, o en una de esas nubes que se estancan en lo alto de la montaña. Una persona puede alargar la mano e intentar atrapar la niebla, pero sin importar cuánto se esfuerce por cogerla, su mano siempre seguirá vacía. A pesar de todo, sin importar lo seco que esté su espíritu, la Nube Vacía lo envolverá con una humedad dadora de vida; sin importar cómo arda su espíritu lleno de ira o desilusión, una tranquilizadora frescura se posará sobre él, como rocío ligero. Esta es la Nube Vacía de Xu Yun que permanece con nosotros. Ni el tiempo ni el Sol pueden destruirla, puesto que es Sol en sí misma; salvo que además es eterna. Ahora les contaré algo sobre la historia que ambos compartirmos. Durante la década de 1920, cuando yo aún era un niño, Xu Yun no había llegado todavía al Monasterio de Nan Hua, el monasterio que Hui Neng, el Sexto Patriarca Chan, había fundado cerca del pueblo de Shao Guan, donde yo vivía. Shao Guan está situado aproximadamente a ciento sesenta kilómetros al norte de Guang Zhou (Cantón) en la Provincia de Guang Dong, que está al sur de China. Desde que se fundó en el año 675 D.C., el Monasterio de Nan Hua ha atravesado ciclos de decadencia y esplendor; pero cuando yo era niño, sin lugar a dudas estaba atravesando una de sus fases de decadencia. Como claramente puedo recordar, se parecía mucho más a un patio de recreo que al lugar sagrado que es hoy en día. En aquellos días Shao Guan era un soporífero y pequeño pueblo ribereño, un lugar en que los chicos no podían hacer muchas cosas para divertirse. Ir al Monasterio de Nan Hua era nuestro equivalente a una excursión a Disneylandia.
Recordando al Maestro Xu Yun - Página 1 de 6
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Last modified:
July 11, 2004
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