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Capítulo 6 - Dificultades, Página 2 de 2

 

Así que, uno por uno, Bai Zhang Huai Hai llamó a todos sus monjes. Naturalmente, comenzó por el monje prior.

Si Ma echó un vistazo al monje prior y sacudió su cabeza, rechazándolo. Continuó rechazando a cada uno de los candidatos hasta que finalmente fue el turno de Ling You. Cuando Si Ma vio a Ling You, dio su aprobación inclinando la cabeza. "¡Este es el hombre! -dijo- Envíalo a Wei Shan."

Al monje prior no le gustó mucho este juicio y le pidió al Maestro Bai Zhang Huai Hai que afirmase su decisión mediante un examen, esto es, dejar que cada candidato demostrase activamente la profundidad de su Chan.

Así que Bai Zhang Huai Hai organizó una prueba. Puso un cántaro en medio del suelo y uno por uno invitó a sus monjes a venir a la habitación y a responder a la pregunta: "Sin llamar a este objeto un cántaro, ¿cómo debería llamársele?"

Vino el monje prior, miró el cántaro, pensó durante un minuto y entonces respondió, "Bueno, no se le puede llamar una cuña." Bai Zhang Huai Hai se decepcionó. Esta respuesta evidentemente artificial mostraba que el monje prior se estaba acercando al problema demasiado intelectualmente. Seguía demasiado enredado con los nombres y las formas.

Todos los candidatos dieron una respuesta insatisfactoria hasta que, finalmente, fue el turno de Ling You. Ling You llegó a la habitación, y cuando Bai Zhang Huai Hai le preguntó, "Sin llamar a este objeto un cántaro, ¿cómo debería llamarse?" Ling You dio espontáneamente tal patada al cantaro que lo hizo añicos contra la pared. Bai Zhang Huai Hai echó hacia atrás su cabeza y se rió. Si Ma tenía razón. Ling You era en efecto el hombre. ¿Un cántaro? ¡Se acabó el nombre! ¡Se acabó la forma!

Así pueden ver que a veces los profesores también necesitan aprender una lección. Bai Zhang Huai Hai pensaba que los gloriosos días del Chan pertencían al pasado. Estaba equivocado. Ling You fue a la montaña y fundó un monasterio, y esto es por lo que se le terminó llamando Gran Maestro Wei Shan.

Más de mil años han pasado desde esa prueba y los maestros se siguen desesperando por la abundancia de hombre mundanos y la escasez de seguidores sinceros del Buddha Dharma.

Tomen mi propio caso. Cuando era joven, la mayoría de los monasterios en la zona sur de los tres rios fueron destruidos durante varias reveliones. Muchos monjes de las montañas Zhong Nan vinieron al sur, andando, para ayudar a reconstruir estos monasterios. ¿Qué tenían? Nada. Llevaban una calabaza, una pequeña cesta y la ropa a su espalda. Eso era todo. Todo el mundo se preguntaba que era todo lo que podían hacer en la tierra. Pero hicieron el trabajo. Reconstruyeron los monasterios.

Tiempo después estos monasterios florecieron y se necesitaron más monjes, nuevos monjes comenzaron a llegar. Venían en carros, utilizando bastones y palos sobre sus hombros para transportar todas sus posesiones. Y todo el mundo pensó, "Oh, son demasiado mundanos. No harán nada." Pero lo hiceron.

Y ahora, cuando viajo a algún lugar y veo monjes tomar trenes y aviones con su equipaje de cuero, me encuentro diciendo, "Oh, son demasiado mundanos. No lograrán nada." Pero lo harán, ¿no?

Ustedes lo harán, ¿no?


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Last modified: July 11, 2004
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