Home
Home : Spanish Literature
 » Las enseñanzas Zen del Maestro Xu Yun
 
 
previous page   Top   next page
 
 

Capítulo 2 - Entrenamiento Chan, Página 4 de 5

 

Para el segundo requerimiento, la estricta observación de las normas de conducta, les diré sinceramente que no puede haber progreso espiritual sin moralidad y el cumplimiento del deber religioso.

La disciplina es el fundamento sobre el que descansa la iluminación. La disciplina regula nuestro comportamiento y lo hace estable. La constancia se hace firmeza y esta es la que produce la sabiduría.

El sutra Surangana nos enseña claramente que un simple éxito en meditación no borrará nuestra impurezas. Incluso si podemos demostrar una gran habilidad en meditación, permanecer sin adherirnos a la disciplina nos hará caer fácilmente en los dominios de Mara de demonios y herejes.

Un hombre o una mujer que es diligente en la observación de la disciplina moral y el deber religioso, es protegido y alentado por dragones celestes y ángeles, así que como evitado y temido por demonios del infierno y herejes de todas partes.

Sucedió una vez que en el estado de Kashmir, un horrible dragón terrestre vivía en una cueva cercana a un monasterio de quinientos arhats theravadinos. Este dragón aterrorizaba a la región y hacía miserable la vida de mucha gente. Todos los días los arhats se reunían, y juntos intentaban utilizar el poder de su meditación colectiva para ahuyentar al dragón. Pero siempre fracasaban. El dragón simplemente no se marchaba.

Entonces, un día sucedió que un monje Chan mahayano se detuvo en el monasterio. Los arhats le informaron al monje sobre el terrible dragón y le pidieron que se uniera a la meditación, para añadir el poder de su meditación a la de ellos. "¡Debemos forzar a esta bestia para que se vaya!" se quejaron. El monje Chan simplemente les sonrió y fue directamente a la cueva del horrible dragón.

Quedándose en la entrada de la cueva, el monje llamó al dragón, "Sabio y virtuoso señor, ¿sería tan amable de abandonar su guarida y buscar refugio en un lugar más lejano?"

"Bueno -dijo el dragón- ya que me lo ha pedido tan cortésmente, accederé a su petición y me marcharé en el acto." El dragón, como pueden ver, tenía un fino sentido de la etiqueta. ¡Y de este modo se fue!

Desde su monasterio, los arhats observaban todo esto con absoluto asombro. ¡Sin lugar a dudas este monje poseía milagrosos poderes de samadhi!

Tan pronto como el monje regresó, los arhats se reunieron a su alrededor y le suplicaron que les hablara de esos maravillosos poderes.

"No he utilizado ninguna meditación o samadhi especial -dijo el monje-. Simplemente mantuve las normas de disciplina y estas normas estipulan que debo observar los requerimientos menores de cortesía tan cuidadosamente como los requerimientos mayores de moralidad."

De este modo podemos ver que el poder de la meditación-samadhi colectiva de quinientos arhats a veces no iguala a la de un simple monje que se adhiere a las reglas de disciplina.

Si preguntan, "¿Por qué sería necesario mantener una estricta atención a la disciplina si la mente ha alcanzado un estado que no es crítico? ¿Por qué debería un hombre honesto y honrado continuar la práctica del Chan?"

Yo le respondería a tal hombre, "¿Está su mente tan segura de que si la hermosa diosa de la Luna bajara hasta usted, y le abrazara con su cuerpo desnudo, seguiría su corazón palpitando tranquilamente?"

Y ustedes... ¿Si alguien sin tener motivo les insultara y les golpeara, no sentirían cólera y resentimiento? ¿Tienen la certeza de que siempre resistirían a compararse con otros, o que siempre se abstendrían de ser críticos? ¿Pueden estar seguros de que siempre distinguirían lo correcto de lo erróneo?

Ahora, si tienen la certeza absoluta de que nunca se rendirían a la tentación, de que nunca se equivocarían en nada, entonces, ¡Abran su boca y hablen alto y claro! De otra manera, no digan mentiras.

En cuanto al tercer requerimiento de tener una firme creencia en nuestro Yo Búdico, por favor sepan que la fe es la madre, la fuente nutritiva de nuestra determinación a someterse, a entrenar y a desarrollar nuestros deberes religiosos.

Si buscamos la liberación de los dolores de este mundo, debemos tener una fe firme en la promesa del Buddha de que cada ser viviente sobre la tierra posee la sabiduría Tathagata y, por lo tanto, tiene el potencial de alcanzar la Budeidad. ¿Qué nos impide realizar esta sabiduría y alcanzar esta Budeidad? La respuesta es simplemente que no tenemos fe en su promesa. Preferimos seguir en la ignorancia en vez de en la verdad, aceptar lo falso como genuino, y dedicar nuestras vidas a satisfacer nuestros tontos deseos.

La ignorancia de la verdad es una enfermedad. Ahora, como el Buddha enseñó, el Dharma es como un hospital que tiene muchas puertas. Podemos abrir una de ellas y entrar en un lugar de curación. Pero debemos tener fe en nuestros médicos y en la eficacia del tratamiento.

Siempre que quiso ilustrar los problemas sobre la duda y falta de fe, el Buddha relataba la parábola del médico. Preguntaba, "Suponte que te han herido con una flecha envenenada y un amigo trae un médico para ayudarte. ¿Le dirías a tu amigo, '¡No! ¡No! ¡No! ¡No voy a dejar que este compañero me toque hasta que encuentre al que me disparó! Quiero conocer el nombre, la dirección y demás datos del delincuente. Esto es importante, ¿no? Y quiero saber más sobre esta flecha. ¿Es la pica de piedra o de hierro, de hueso o de asta? ¿Y qué hay del palo de madera? ¿Es de roble, de olmo o de pino? ¿Qué clase de fibra ha utilizado para unir la pica y el palo? ¿Es la fibra de un buey, de un mono, o de un ciervo? ¿Y qué clase de plumas hay en la fibra? ¿Son de una garza o de un halcón? ¿Y qué hay del veneno que ha sido utilizado? Quiero saber de qué clase es. Y por cierto, ¿quién es este compañero? ¿Estás seguro de que es un doctor cualificado? Después de todo, no quiero que me trate un medicucho. Creo que tengo derecho a saber estas cosas, ¿tú no? Así que por favor, responde a mis preguntas o no dejaré que el hombre me toque.' Bueno -dijo el Buddha- antes de que para tu satisfacción sean contestadas las preguntas, estarías muerto."


Entrenamiento Chan, Página 4 de 5

 

previous page   Top   next page
 
 
Last modified: July 11, 2004
©2004 Zen and The Martial Arts
inf@zatma.org