Home
Home : Spanish Literature
 » Las enseñanzas Zen del Maestro Xu Yun
 
 
previous page   Top   next page
 
 

Recordando al Maestro Xu Yun - Página 6 de 6

 

El gobierno no podía, sin embargo, tolerar más críticas de ninguna clase de fuentes exteriores, y por eso fueron cortadas todas la líneas de comunicación. En Hong Kong yo intenté desesperadamente obtener noticias acerca del destino de Xu Yun, pero fue imposible saber nada. Escribí numerosas cartas, pero ninguna recibió respuesta.

Sin embargo, como es costumbre, continué enviándole a Xu Yun copias de todos los ensayos y artículos que había escrito sobre Budismo. En días más felices, de acuerdo a la tradición, hubiera recibido sus comentarios. Pero en estos tristes días, ninguno de mis envíos sería agradecido.

Entonces, en 1952 escribí una disertación sobre el Sutra del Corazón que fue particularmente bien recibida. El gobierno de Pekín decidió permitir su publicación. Inmediatamente escribí al editor en Pekín expresando mi gran deseo de conocer la respuesta de mi maestro sobre la disertación. Milagrosamente, uno de los empleados de la oficina del editor decidió llevar personalmente la carta y la disertación a Xu Yun, y esperar su respuesta. Xu Yun leyó ambas, y luego le dijo al empleado que aprobaba la disertación y que me enviaba su bendición. Sus palabras me fueron retransmitidas; y esta comunicación indirecta fue la última que tuve con mi querido maestro.

El 13 de octubre de 1959, a la edad de 101 años, el Maestro Xu Yun entró en el Nirvana final. Las noticias de su muerte me entristecieron más allá de lo que puede ser expresado. Públicamente, celebré servicios memoriales especiales y le escribí un epígrafe: pero en privado, estaba abrumado por el dolor. Lloré durante días y no pude comer ni dormir. Sabía cuanto le debía. Sabía que en su sabiduría previno la amenza al Dharma de nuestro Budismo chino, el Dharma de Hui Neng, Lin Ji y Han Shan. El quería llevar el Dharma a los Estados Unidos donde estaría seguro, y me dio el honor de hacerlo.

El modo de la muerte de Xu Yun también me hizo apreciar incluso aún más el poder de su gran corazón. Comprendí claramente que él podía trascender la existencia física y posponer su entrada al Nirvana final hasta que estuviera listo para su último viaje... hasta que hubiera cumplido totalmente su sagrada obligación de utilizar su influencia para proteger a todos los sacerdotes de China.

Otro clérigo budista y yo, junto con muchos sacerdotes de muchas religiosas distintas, debemos nuestra vida a la devoción por el Buddha Amitabha de Xu Yun, y a su inquebrantable convicción que esta gloriosa presencia vive en los corazones de todos los seres humanos.

¡Shanti. Shanti. Shanti. Amitofo! (Amitabha)

Enero de 1996
Maestro Jy Din Shakya
Abad del Templo Hsu Yun
Honolulú, Hawai

Recordando al Maestro Xu Yun - Página 6 de 6
 
previous page   Top   next page
 
Introducción ~ Capítulo 1 ~ Capítulo 2 ~ Capítulo 3   ~ Capítulo 4   ~ Capítulo 5   ~ Capítulo 6
Capítulo 7    ~ Capítulo 8 ~ Capítulo 9 ~ Capítulo 10 ~ Capítulo 11 ~ Capítulo 12 ~ Capítulo 13
 
Last modified: July 11, 2004
©2004 Zen and The Martial Arts
inf@zatma.org